si del cielo te caen limones pide tequila y sal

¿Has reconocido lo que te hace feliz? Yo sí: cantar, bailar, estar con mi hija, pasar tiempo con mi madre y mis hermanas, el vino, la música (o las canciones), sentirme productiva (ahora ocasiones no llevar a cabo nada en lo más mínimo), ir en la playa, entender sitios nuevos (dentro y fuera de mi país), leer (libros que me agraden y me enganchen), estudiar novedades. Esto me hace feliz.

Yo creo esencial conocer temprano lo que a uno lo realiza feliz. Y realizar bastante, en tantas ocasiones como se logre. A mi forma de ver, cuanto mucho más instantes de felicidad poseemos, estamos y comportamos de formas considerablemente más “humanas”: nobles, afables, nos inclinamos a realizar bien y ser útil a el resto con gusto.

De qué forma “sacar jugo” al fracaso

Hasta aquí todo suena bien, pero… ¿de qué manera lo hacemos para verdaderamente explotar el fracaso, estudiar y continuar adelante? Aquí te comparto cinco puntos a fin de que la experiencia del fracaso no concluya contigo, sino a la inversa: ¡te refuerce!

  1. Encararlo sin temor (o con el menor viable): Como es natural que el temor a fallar va a estar presente en el momento en que decidimos ofrecer el paso o mucho más aún, en el momento en que habiendo fallado antes, decidimos regresar a procurarlo lo. No obstante, si dejamos que el temor se apodere de nosotros y de nuestras resoluciones, lo único que lograremos va a ser paralizarnos, conque te recomiendo que, aún con temor, te enfrentes al cambio y actúes, ya que si no lo procuras, jamás vas a saber si en esta ocasión, lo que decidas realizar, SI FUNCIONARÍA.
  2. Aceptándolo: Nos han enseñado tanto a ocultar el fracaso, que aun nos cuesta admitirlo por nuestros adentro. En cambio, si admitimos que cada esfuerzo que hacemos, cada relación que iniciamos y cada emprendimiento que emprendemos tiene la oportunidad de fracasar y que esto no significa mucho más que una forma de estudiar de qué forma no realizar las cosas, entonces vamos de ganancia. El fracaso existe, pero no debe transformarse en una experiencia paralizante, al revés, es una parte de la vida y se aprende mucho más que si todo fluyese fantásticamente bien, de eso no poseas duda.
  3. Analizándolo y aprendiendo: O.k., ahora fracasaste, ahora lo admitiste y ahora vas a procurarlo. Aquí te pregunto: ¿ahora tomaste asimismo tiempo de investigar exactamente en qué y de qué forma fallaste? ¿ahora pusiste en una balanza los inconvenientes y ventajas de la experiencia? ¿ahora tuviste ocasión de tomar las cosas buenas y asimismo las malas y decidiste estudiar de ellas para no repetirlo más adelante? Lo que pasa con el fracaso es que frecuentemente se reitera interminablemente justo por el hecho de que no nos ofrecemos tiempo de sopesar las vivencias y resoluciones que nos trajeron. Como todo en la vida, cuanto más reflexión le invertamos, mucho más estudio retendremos y menos posibilidad vamos a tener de cometer más adelante exactamente los mismos fallos.
  4. Admitiendo la indecisión: ¡Fuera el control! Yo sé que a los humanos nos chifla «tratar» de supervisarlo todo. Y mira que la palabra supervisar está entre comillas justo pues si de algo estoy segura, es que en la vida tenemos la posibilidad de supervisar poquísimo (por no decir que prácticamente nada), entonces, ¿por qué razón desaprovechar nuestras horas planificando cada segundo, tal y como si la vida no fuese bastante impredecible? Si admites la indecisión que comporta el mero hecho de estar vivo, entonces vas a saber que cada experiencia que te obsequia tu vida está ahí para enseñarte algo, para enseñarte y elevarte como humano; esto, como es natural, incluye muchos tus logros como tus descalabros.
  5. Preguntándote: ¿Cuándo verdaderamente quieres hallar tu misión? Si te percatas, esos que consiguieron sus misiones en cualquier campo, fueron y son seres persistentes, permanentes e inclusive algo (o bastante) necios. Supieron continuar su voz interior, sus pasiones, y se han enfocado y trabajado pese a lo que afirmaran otros. Si verdaderamente quieres hallar algo, pregúntate si andas presto a ser incesante e inclusive a neciar un tanto, a ir en ocasiones contra la corriente, a ser fuerte ahora sobreponerte al fracaso. Si quieres algo, pero no andas presto a ir con todo y por todo, entonces lo mucho más posible es que el primer fracaso te derribe y no solo eso, sino te deje paralizado por bastante, un buen tiempo.

¿Qué es pensar sobre la vida?

La vida es una aventura que contamos el privilegio de gozar. En la vida, no requerimos enormes pertenencias ni características, en tanto que en ocasiones, un ademán de amor o cariño vale bastante más que nada esto. En el momento en que aprendemos a sonreírle en la vida, ¡nada ni absolutamente nadie nos logra hurtar la alegría de vivir!

Deja un comentario