como se hace el tequila con gusano

Varios acostumbran a meditar que son las botellas de tequila son las que tienen, pero NO es de esta manera. La bebida mexicana que sí puede venderse con un verme en el interior, si bien no es indispensable, es el mezcal. Afín al tequila, pero no es exactamente lo mismo. El mezcal se realiza como cada productor considera y no está sujeto a la normativa del Consejo Regulador del Tequila (CRT).

El surgimiento del mito fue por la frecuente confusión en el momento de distinguir entre mezcal y tequila.

¿De qué forma se gozan el tequila y el mezcal?

Más allá de que estas bebidas dan identidad al mexicano, ¿de qué manera se gozan de la mejor forma? Rodrigo Cedano lo enseña: “Existe la manera clásico y la manera cosmopolita. Para el mezcal la manera clásico es servirlo en chupetear o caballete y acompañarlo con rodajas de naranja y sal de verme. Para el tequila, la manera clásico es servida en un caballete acompañado de limón y sangrado”.

“La manera cosmopolita representa un cambio desde de qué manera se sirve; se reemplaza el caballete por las mejores copas o vasos creativos de distintas formas y colores. Se tiene dentro la alta coctelería y la mixología para destacar de este modo los sabores de las dos bebidas por medio de elementos y mezclas novedosas”, añade Cedano.

¿Qué es el mezcal con verme?

En la civilización de los licores cada destilado tiene su estilo como lo tiene el tequila con su molienda, cocción, fermentación, destilación, maduración, filtración, dilución y empaquetado, pero en la situacion del mezcal su estilo es peculiar por tener un mezcal con verme.

Pero tal como se le añade este peculiar animal, asimismo la tradición marca que este licor de agave puede venir con plantas medicinales, fruta “digestibles” o alacranes y serpientes como poderosos “excitantes”.

Tequila con larvas

Los insectos son un tema candente en el planeta de la nutrición. A ciertos les atemoriza la iniciativa de consumir bichos; otros piensan que son el sendero del futuro. Son proteínas económicas y sostenibles, consumiéndose en unos 130 países. En México, los bichos solamente son revolucionarios. En los mercados de Oaxaca se agolpan muchos de langostas de color colorado cinabrio, y en los bares de mezcal de Localidad de México pocas veces se sirve una copa sin sal de verme espolvoreada sobre rodajas de naranja fría.

El verme del fondo de una botella de mezcal económico es de todos modos una larva de colmena. Apreciada como fuente de proteínas desde la temporada prehispánica, la larva vive en las plantas de agave que se usan para realizar tequila y mezcal. Engordadas con el dulce néctar del agave, tienen la posibilidad de saltarse y doblarse en tortillas calientes o torrarse y molerse con sal de roca y chiles secos para conseguir la sal de verme. Hasta recientemente, este condimento picante y ahumado era prácticamente irrealizable de conseguir en EE.UU. .

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